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Toda la verdad sobre la anciana británica que denunció que en sus vacaciones en Benidorm había "demasiados españoles"

Noticiascuriosas.com/Madrid.-Una turista británica de 81 años ha denunciado a la agencia con la que había contratado su viaje a Benidorm por haber incumplido algunas de las peticiones que habían apalabrado, lamentando además en su denuncia que el hotel en el que se alojó estaba “lleno de españoles” que le “ponían de los nervios” porque eran “muy groseros”. Les explicamos en detalle la noticia, que posiblemente han oído ya. Pero lo hacemos con algunos detalles que los medios han ocultado para que la noticia fuera más llamativa. Porque aunque el comentario sobre los españoles estaba incluido en la denuncia, no era el objeto principal de ésta, como muchos han dado a entender.

Freda Jackson, pensionista británica, pasó dos semanas en mayo en Benidorm junto con una amiga, en un viaje contratado a través del touroperador Thomas Cook que les costaba 600 euros a cada una. Y en esa contratación y por sus motivos de movilidad pidió que el hotel tuviera un fácil acceso a la playa.
De primeras, el touroperador cambió a última hora las fechas de los vuelos de Manchester a Alicante y las fechas de las reservas en los hoteles.
poseidon
En segundo lugar, el touroperador reservó una habitación en el hotel Poseidón, un hotel bien considerado, pero como pueden ver en la imagen, con una cuesta importante para llegar hasta la playa, por lo que las dos abuelas tuvieron que estar las dos semanas cuesta para arriba cuesta para abajo cada mañana cuando habían pactado expresamente que no sería así.

Por cierto, a la ancianita ya la habían cabreado cuando le dieron la habitación en la planta decimocuarta. Eso sí, tras liarla parda en recepción se la cambiaron por otra en la segunda planta, aunque seguía estando según explica “a 42 escalones de la piscina”.

La abuela lamenta en la denuncia también que en una ocasión en el hotel “un joven español casi le tiró al suelo y se marchó sin disculparse” y en ese sentido se queja de que en el hotel “había muchos españoles”, que eran “groseros” y se pregunta que ¿por qué los españoles no se van de vacaciones a otro lado?”. Ahí mal, indefendible. Ni una palabra. Mal, abuela, mal.

El caso es que la turista y su amiga reclamaron la devolución del dinero u otro viaje gratis y el touroperador, después de ofrecer primero un reembolso de 80 euros, ha decidido de momento elevar su ofrecimiento hasta la mitad del desembolso total. Una indemnización que ascendería a 630 euros (entre las dos), fundamentalmente por los inconvenientes de los cambios en los vuelos y por no atender la petición de accesibilidad.

Both sides of story (que diría Phil Collins)

Ahora les reclamamos un poco de atención. Fíjense cómo puede venderse la historia de dos formas distintas y la anciana puede caerles mejor o peor.

Según nos han vendido algunos tabloides británicos y algunos medios españoles, ésta es la noticia:

Una anciana británica denuncia a una agencia porque el hotel de Benidorm al que va está llena de españoles. Pide la devolución del dinero porque se sentía incómoda de que hubiera tantos españoles en el hotel y les dice que se vayan a otro sitio de vacaciones.

Evidentemente, hasta los telediarios han acudido al hotel y han recabado opiniones de los indignados turistas españoles (¡Por España!) “¿Qué le parece que una anciana británica diga que le tienen que devolver el dinero porque hay muchos españoles en el hotel?” “¡Que se vayan allí a sus playas donde está todo el día lloviendo!” “¡Que no vengan a darnos ejemplo, si los ingleses en Benidorm la están liando todo el día!”.

A ver, aclarémoslo. Vale que los comentarios de la anciana son desafortunados por mucho que sean exagerados por el Mirror o nuestros medios –que a veces parecen tabloides-. Vale que los ingleses en Benidorm son como Atila.

Pero ahora miren cómo es la noticia una vez que sabemos todo lo que nos habían ocultado:

Una pensionista inglesa de 81 años reserva en abril de 2017 y con un año de antelación sus vacaciones en Benidorm con una amiga, gastándose sus ahorros e incidiendo en que esté junto a la playa porque no pueden moverse bien. Les cambian la fecha del viaje y no les informan, percatándose ellas seis días antes. Cuando llegan, teniendo ambas problemas de movilidad, el hotel tiene una rampa para bajar todos los días a la playa. Les dan una habitación en el piso 14. Se la cambian pero pese a ello hay problemas de accesibilidad a la piscina. Se esperaban un hotel para jubilados ingleses y les han dado un hotel ‘familiar’, con las actividades en español. Que lo han reservado hace un año, ojo. Por todo ello denuncian, y el touroperador, que no regala nada, está dispuesto a reembolsarles la mitad del dinero. Así que algo de razón tendrán.

¿A que cambia la historia? A nosotros nos llamó la atención el escuchar que el mayorista había ofrecido una indemnización y buscando, buscando, hemos encontrado toda la información. Y aquí la tenéis. Aunque sea menos curiosa.

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