Los crueles finales de los cuentos que Disney ni tus padres se atrevieron a contarte (I)

Noticiascuriosas.com/Madrid. “Y fueron felices y comieron perdices”. Así finalizan muchos de los cuentos que hemos oído desde pequeños y que Disney se encargó de popularizar endulzando y, en ocasiones, cambiando la historia o el destino de sus protagonistas. Sin embargo, muchos de los cuentos originales no acaban tan bien como nos han contado o encierran crueles capítulos que han sido omitidos en sus adaptaciones en la pantalla grande.
1) Blancanieves: En el cuento de los hermanos Grimm, la malvada madrastra de la bella Blancanieves trata de acabar con su vida hasta en cuatro ocasiones. En la primera de ellas, encarga a un cazador que se lleve a la pequeña al bosque y la mate trayéndole como prueba de que había cumplido su misión el hígado y los pulmones de la niña. Por suerte para Blancanieves, el cazador se apiada de ella y la deja escapar, llevando a la malvada madrastra los pulmones y el hígado de un jabalí. Ella se traga el engaño y de paso la casquería que le había llevado pensando que eran los órganos de la joven.
Tiempo después, el espejo de la Reina le revela que Blancanieves seguía con vida y que habitaba en la casa de los siete enanitos, y que por tanto no era la más bella del reino. Furiosa, trató de matar a su hijastra hasta en tres ocasiones.  En el primer intento se disfraza de vieja buhonera y trata de venderle a la joven una cinta para el cuello. Cuando se la pone al cuello para probársela, la vieja trata de asfixiarla, cayendo desvanecida y medio muerta. Los enanitos la salvan de la muerte al cortar la cinta que impedía su respiración. Tras fallar su plan, la madrastra vuelve a disfrazarse de nuevo de vieja y va a la casa de los enanitos a ofrecerle a la incauta chica un peine envenenado. Tras ponérselo en la cabeza, la chica cae fulminada y de nuevo fue dada por muerta por la malvada Reina. Hubiera fallecido, de no ser otra vez por los enanitos que proceden a quitarle el peine.
A la tercera fue la vencida para la madrastra, quien tras vestirse de campesina logra que la joven muerda una manzana envenenada con la que cae muerta. Los enanos, que esta vez no pudieron impedir la tragedia, colocan su cadáver en un ataúd de cristal para que su cuerpo no se descomponga bajo tierra. Pero un buen día pasa por la zona un joven príncipe que pide a los enanos llevarse el cadáver a su castillo. Durante el trayecto, con el traqueteo de los caballos, el trozo de manzana alojado en la garganta de la bella Blancanieves sale de golpe y ella despierta.
La joven le cuenta al príncipe lo que la Reina le había hecho y comienzan a planear su venganza, El día de la boda, la madrastra acude como invitada sin saber lo que le espera: es obligada a bailar durante la boda con unos zapatos de hierro al rojo vivo hasta que cae muerta.
2) Cenicienta: La Cenicienta de los hermanos Grimm es muy similar a la adaptación de Disney aunque con algunas escenas un poco macabras. Una joven hermosa es obligada a trabajar como criada en su propia casa para su malvada madrastra y sus dos feas hermanastras. El príncipe organiza un baile para conocer a su futura esposa, pero a Cenicienta no le permite asistir su madrastra. Sin embargo, ella se escapa y con la ayuda de un pájaro, no de una hada madrina, se convierte en la más bella del baile y la que conquista el corazón del príncipe. Pero al llegar la medianoche tiene que irse corriendo de la fiesta para que no se descubra la verdad, perdiendo en la huida su zapato de oro.
El príncipe que no puede olvidarla comienza a buscarla por toda la ciudad probando el zapato a todas las jóvenes del reino. Cuando llega a la casa de Cenicienta, sus hermanastras se le adelantan y para lograr meter sus pies en el zapato una se corta dos dedos y la otra el talón. De nada les vale, ya que el príncipe se da cuenta del engaño. Tras descubrir que la joven a la que busca es la criada, ambos se comprometen. En la boda, las hermanastras son picadas en los ojos por palomas, que las dejan ciegas en castigo por su maldad.
3) La Bella Durmiente: La historia original de la Bella Durmiente poco tiene que ver con un cuento infantil: violaciones, infidelidades y hasta canibalismo. La primera versión de este cuento fue escrita por Giambattista Basile bajo el título Sol, Luna y Talía, aunque años más tarde los hermanos Grimm y Pierre Perrault dulcificaron la historia hasta parecerse a la versión que Disney llevó a la gran pantalla. En la obra de Giambattista Basile, la joven Talía cae dormida tras pincharse con una astilla envenenada, tal y como habían prevenido los sabios.
Pero no es un beso lo que despierta a la joven maldita, sino algo más fuerte. Su padre, creyendo que se había muerto, abandona el palacio dejando allí el cadáver de su hija. Tiempo después, un noble príncipe, que estaba casado, descubre el castillo y el cuerpo de la joven, a la que viola aprovechándose de sus circunstancias. Ella da luz a dos niños, Sol y Luna, mientras continua durmiendo. Un día uno de los niños chupando el dedo donde se había pinchado, le quita la espina venenosa y ella despierta. El noble vuelve al palacio, donde encuentra a Talía despierta y con dos niños. Misteriosamente, él le explica lo que hizo, ella no se lo toma mal y comienzan una relación, ahora sí consentida. Tras una semana de pasión, sin ningún motivo el noble desaparece.
El padre de los niños había regresado con su esposa, pero un día en sueños menciona a Talía y los niños, y ella descubre la verdad. Enfurecida, secuestra a los niños y se los entrega al cocinero para que haga con ellos un delicioso plato. Por suerte, el cocinero es incapaz de llevar a cabo tal cruel plan y urde un engaño, prepara un plato con carne de res que sirve al noble. Al mismo tiempo, la esposa del noble ordena quemar viva a Talía. El noble impide que muera Talía quemada y ordena que su esposa muera en la hoguera. Ahora sí ambos se casan y viven felices y comen perdices.